Denominacion |
Playa de Zarautz |
Ficha nº 0034 |
Lugar |
Zarautz |
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Población |
Zarautz |
Provincia |
Guipuzcoa |
Pais |
España |
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Aportación de |
Viaje propio |
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Comentario |
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A la hora de consultar informaciones y condiciones de las playas que podían ser destino de mis vacaciones, siempre me extrañó que Zarautz no tuviese bandera azul, y ello me predisponía un poco en contra para visitarla.
Sin embargo, como contraste, aquel año me llamaron mucho la atención las maravillosas vistas que se contemplaban desde la terraza del restaurante de Karlos Arguiñano cuando, desde ella, hacía su programa de televisión. La vista del ratón de Guetaria al fondo; la playa barrida por el viento, soleada, bulliciosa... Tenía que ir, teníamos que ir.
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Y me gustó.
Es la de Zarautz una playa larga, amplia, con toda seguridad la más amplia y abierta de toda la cornisa cantábrica. De varios kilómetros, que van desde la carretera hacia Guetaria, al oeste, hasta la zona de marisma y el campo de golf que limitan la playa al este. Está constantemente sacudida por el viento de modo que posee un oleaje salvaje, al parecer ideal para la práctica del windsurf. Por ello la playa está preparada con "calles" para el acceso al mar de tan livianas tablas.
También, en sus estribaciones orientales, se encuentra la famosa terraza del restaurados al que hacía mención. Es esta la zona menos concurrida. Según avanza hacia poniente, se va poblando de bañista, hacen aparición las famosas tiendas multicolores para el cambio de ropa y que la dan ese aspecto "retro". Sobre ellas el paseo marítimo del que alguien, buscando el contraste, ha hecho un museo de escultura contemporánea al aire libre, adornándose cada tantos metros con una de estas piezas.
Ya en su zona más occidental la playa va perdiendo anchura y el paseo elevándose cada vez más sobre ella hasta convertirse en carretera que se descuelga sobre la playa para interrumpirla brutalmente al encaminarse, por la escarpada costa, hacia la vecina Guetaria. |
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